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La libertad de las rejas

11 - M

11-M

Recuerdo ese día casi como si fuera hoy, me levante como cualquier otro día para ir al instituto y llegue como siempre la primera. Cuando empezaron a llegar mis compañeros venían diciendo que había habido un atentado en la Asamblea de Madrid y no le di mucha importancia. Me empece a preocupar cuando dijeron que había pasado algo también en Atocha, alguno estaba intentando localizar a sus padres que pasaban por allí y les costaba trabajo, pero al final lo consiguieron. De repente alguien dijo que menos mal que había huelga de estudiantes porque sino hubiese sido peor, respire tranquila porque mis amigos que iban a la universidad pública estarían durmiendo, así como mi hermana y sus amigos. Pero pensé en mis estudiantes de 2º y 3º de Fisioterapia de la Universidad Pontificia de Comillas, normalmente no llevaba el móvil al instituto, me pase toda la mañana intentando recordar el número de móvil de alguno de ellos para llamar y preguntar si estaban todos bien porque desconocía que medios de transporte utilizaban para llegar a clase. Cuando llegue a casa a la hora de comer, coji el móvil y llame a uno de ellos, me comento no recuerdo bien si había desaparecido o habían encontrado muerta a una alumna de 1º de su Universidad, me dio mucha pena cuando me confirmaron que si que había fallecido.

Al día siguiente había convocado una manifestación a la que iban a ir todas mis amigas, mis padres me prohibieron ir porque tenia que ingresar ese domingo para operarme el lunes y no podía permitirme el lujo de costiparme y retrasar la operación. Me sentí orgullosa de como salio la gente a prestar todo tipo de ayuda, a donar sangre, y a manifestarse. Tuve el llanto retenido, no lo podía sacar, hasta que ya el domingo por la noche en el hospital me derrumbe y rompí a llorar.

Unos cinco años más tarde me monte en ese tren de cercanías pero desde Atocha hasta Santa Eugenia y reconozco que me puse triste al ver los monumentos a las victimas. Otro día me di cuenta que el momento más intenso y duro fue cuando subí las escaleras mecánicas de Atocha y gire la vista hacia el anden, visualizaba la imagen del estallido que tanto salio en televisión.

La canción Jueves que dedicaron La Oreja de Van Gogh a las victimas del 11- M siempre hace que me emocione y suelte alguna lagrima.

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